Hace más de una década, Gallup dio a conocer los resultados de un proyecto emblemático de investigación de 30 años sobre el talento y las fortalezas. Toda la investigación demostró que los enfoques tradicionales del desarrollo personal estaban incompletos.
La investigación corroboró los siguientes puntos: (1) Sólo algunos comportamientos se pueden aprender (habilidades y conocimientos) (2) Los mejores en una función llegan a los mismos resultados utilizando comportamientos diferentes y (3) Arreglar las debilidades previene el fracaso, pero construir las fortalezas lleva al éxito.
Estudios arrojaron también que las personas más destacadas y exitosas, en sus roles, eran aquellas que conocían y hacían uso intencional de sus Fortalezas en su día a día.
La clave, por tanto, está en dejar de focalizarse y poner todas las energías y recursos en la gestión de las brechas y/o debilidades de las personas, y comenzar a detectar y conocer cuáles son los talentos innatos de cada uno, desarrollarlos transformándolos en Fortalezas y buscar la manera de ponerlos al servicio del rol y cumplimiento de los objetivos.
¿Te suena conocido que aún -en nuestra sociedad- seguimos centrados en las debilidades, descuidando nuestros talentos y fortalezas? En el colegio, por ejemplo, apoyamos a nuestros hijos con las materias en las cuales obtienen peores calificaciones, les podemos contratar profesor particular o exigirles más dedicación y tiempo en éstas. En el trabajo, en la gestión del desempeño, pese a que hemos avanzado en el reconocimiento de los puntos fuertes de los colaboradores, normalmente toda la inversión (en capacitación, coaching, etc.), energía y planes de desarrollo se centran en las debilidades, llamadas hoy “áreas de mejoras”. Si bien, preocuparnos de las brechas o debilidades no está mal y efectivamente hay que hacerlo -especialmente cuando nos está afectando negativamente a nosotros mismos o a las demás personas-; debemos tener presente que ello sólo previene el fracaso, pero no nos llevará al éxito. Nunca destacaremos ni seremos brillantes en aquello que por naturaleza no nos fluye fácil. Por ejemplo, si no soy una “comunicadora” innata y el exponer ante el público me genera cierto nivel de ansiedad o estrés, aunque practique, aprenda técnicas y mejore, difícilmente llegaré a ser una gran conferencista. En cambio, si -por genética- soy buena y disfruto el enseñar y ayudar a otros en su crecimiento, probablemente si me especializo, estudio y practico llegaré a ser una destacada y realizada pedagoga.
Además del poder y potencial que tienen nuestros talentos si los desarrollamos y usamos, se traducirán en otros muchos beneficios tanto para la persona como para la empresa. Así es como muchas investigaciones de Gallup, a través de un meta análisis, han demostrado lo siguiente:
Las personas que se enfocan en usar sus Fortalezas tienen 3 veces más probabilidades de afirmar que tienen una excelente calidad de vida y seis veces más probabilidades de estar comprometidas con su trabajo (Rath T., 2007).
Los equipos que se concentran diariamente en las fortalezas tienen 12,5% más de productividad y aquellos que reciben feedback acerca de sus fortalezas tienen un 8,9% más de rentabilidad.
Y, para terminar, no podemos dejar de mencionar los grandes beneficios que generan el conocimiento y uso de los Talentos en los Equipos de Trabajo, según las investigaciones de Gallup: Mayor compromiso, mejores indicadores de clientes y de seguridad. Y todo lo anterior, gracias a que el mutuo conocimiento de los talentos de un equipo facilita un mejor entendimiento del otro además de potenciar las asociaciones complementarias y apoyos mutuos para el cumplimiento de los objetivos.
Si quieres conocer más profundamente el enfoque de desarrollo en base a Fortalezas, contáctanos y te contaremos sobre los programas que hemos desarrollado, dirigidos tanto a Líderes y a Equipos de Trabajo y también acerca del área de Coaching Individual con foco en los Talentos.
¡En Best, somos Coach de Fortalezas Certificadas por Gallup!